Para mi esta canción de Brassens era oportunista y temporal. Me equivoqué, como tantas veces. Porque estaba dedicada a la estupidez, no importaba que fuera Franco o la reina de Inglaterra. Hoy sería Maduro o cualquier tirano de Tirana, Egipto, Siria, Líbano o Argel. Por irnos lejos. Blanco o Bárcenas, Esperanza o Magdalena, Teresa o Fátima, José Mari o José Luis, Mariano o Mas, la lista es interminable. Podría hacer un montaje infinito de fotos que podrían pasar mientras suena LE ROI DES CONS. Obama o Putin, Ángela o Cristina, la lista es larga.
El mundo gira pese a ellos porque para todo funcione la receta es una base con muchos hombres buenos y una cúpula, con perdón, opaca, demagoga, déspota...
Y más cercana, esta canción de Javier Krahe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario