jueves, 6 de junio de 2013

TÚ, LA LUNA


Salí ayer noche a ver la luna:
brillante, hermosa, casi rara.
Y no te quiero tachar de inoportuna
pero, poco a poco, salía tu cara.
Una estrella fantástica, juguetona,
la adornó a guisa de nariz.
Quise tocarla como a un sona-
jero y en el suelo sufrí un desliz.
Nubecitas de algodón se adhirieron
al simpático homenaje lunar.
No eran rizadas y sufrieron
mi mal de ojo, por incordiar.
Y, como siempre, la contradicción,
el astro rey envió con jol-
gorio un rayo a darte visión.
Y no me lo explico si tú eres el sol.
Para colmo de todo esta noche,
en tu boca se puso Mercurio.
La naturaleza todo era un derroche.
¡No tenía que salir hasta julio!
Ya no quedaban más elementos
pero, para no recibir queja,
la luna realizó el portento
y en menguante formaba tu oreja.
Algunos piensan que estoy memo
y Juan Lanas me dice alguna.
Pero sus palabras no temo:
¡no saben que es estar en la luna!
Y si acaso sano no estoy
no me preocupa en realidad.
En la luna, hoy por hoy,
no puede ser de gravedad.
                           PLAYA HONDA. 12/4/87


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