jueves, 21 de marzo de 2013

LA CAVERNA. SARAMAGO

Cuando leí "La caverna" de Saramago, hace unos diez años, no me gustó especialmente. Pensé que Saramago había ido a lo fácil, a los centros comerciales frente al artesano... En fin, como casi siempre me equivoqué.
El nuevo Papa hablaba el otro día de que hay que vencer al pesimismo y que el pesimismo lo trae el diablo. Pienso que no. Cuando murió Saramago la iglesia respiró feliz, aunque parezca una burrada, y dijo aquello de "ese hombre alejado de la iglesia no iba por buen camino"
El Ensayo sobre la ceguera parecía más atinado pero ahora al repasar La Caverna y leer la sinopsis en wikipedia, compruebo con pena de pesimista, que Saramago nos dejó escrito la evolución que íbamos a tomar. La globalización, el capitalismo salvaje. 
Hoy muchos días me acuerdo de La Caverna. Hemos tenido a personas que desde hace muchos años nos venían avisando del sinsentido consentido que podía generar y degenerar tanto materialismo.
Detrás del título también he encontrado la filosofía de Platón que representa la esencia del hombre y que en su alegoría sobre la caverna siembra la semilla de la vida. La realidad real y la hoguera que proyecta  sombras irreales pero que como no podemos ver lo que ocurre detrás creemos que es verdad. La manipulación a la que estamos sometidos o a la que nos dejamos someter. 
Hemos devenido a una simpleza que asusta. Todo se reduce a lastimosos balidos y salmos responsoriales ajenos a la metafísica, mundo sensible e inteligible. Lo listo que eran estos griegos y eso que no tenían ni tele ni interné. 

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