miércoles, 22 de agosto de 2012

LECCIÓN MAGISTRAL DE ANA LÍTICA SINTE SOBRE LA INOCENCIA DE LOS NIÑOS Y MI PROPIA INOCENCIA EN ESTE MUNDO DE FLORES, PAZ Y AMOR.

 Los albores del verano me susurran en en oído dulces palabras de ensueño y los amaneceres rojos que contemplé guiñando el ojo me evocan  una sensación inexplicable de paz interior. 
Los niños juegan en la playa o en los parques y me siento una tierna madre de todos ellos. La naturaleza me enriquece en su afán de protegerme. Soy feliz. Mi cabeza flota sobre una nube y otra, más pequeña y juguetona,  se me ha metido por el ojo que no guiñaba. 
Aún con los dos ojos cerrados soy feliz y mi dicha traspasa los umbrales de mi confianza. Soy feliz y confiada. Recuerdo en Dijon, ahora que hablo de mantener los ojos cerrados y mi confianza inocente, que una amiga me hizo un juego muy divertido. Me pidió que cerrara los ojos y abriera la boca. Así lo hice. Y para mi sorpresa y la suya me puso una babosa en la lengua. Y digo para su sorpresa porque no rechisté porque no le vi el chiste ni una sola vez.
Aún así una babosa también es hija de la naturaleza y mi lengua juguetona la llevó al paladar donde, al notar una masa informe y presumiblemente el grito de mi amiga, la babosa salió por su propio pie, si así puede decirse.
Con esta paz he disfrutado de 40 tiernas imágenes y el Imagine de John Lennon. Me siento más Yo que nunca desde que me he cambiado a Ono. Muy bien si lo has adivinado, me siento oída: Me siento YO KO ONO, por lo de Imagine ¿entiendes?
Y si es la primera vez que me lees y no sabías que hacía yo en Dijon, que sepas que estuve de alumna excelente con una beca en su universidad. Ahí es nada.
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