lunes, 21 de mayo de 2012

PIANO PIANO: NO DISPAREN AL PIANISTA.

HOY es 21 de mayo y mañana no. Es 22. Y hay convocada una huelga en la enseñanza publica desde la universitaria a infantil. Tiene tantos elementos a su favor que, por favor, piano, piano. No confundamos. No disparemos al pianista. 
Ha sido una aberración la forma de gestionar el país, las pocas luces para no dilucidar lo que estaba pasando y lo que podía pasar, el derroche de dinero, el atraco de políticos y bancos. En fin, que te voy a contar si yo acabo de llegar.
Pero, siempre hay un pero, los grandes acontecimientos se prestan a salvadores, demagogos, cretinos, pizpiretas, anacardos, lechuguinos, bailaores de salón, terratenientes del pensamiento ajeno, mesías, fabricantes de sortilegio y algún que otro chiflado.
La feria tiene estas cosas.
Y me huele la enseñanza a manipulación tecnológica. Con un correo y dos garabatos el mundo es mío. En la universidad todo está muy mal, de acuerdo. Pero si la propuesta es no presentarse a ni un examen más ¿no hay nada más? A esta propuesta ya se han sumado todos los que ven el aprobado más lejos que Saturno.
En los institutos la consigna es parecida. Pero además se está proponiendo en los departamentos no elegir los libros para el año que viene y que se joda... ¿QUIÉN?
Tenemos que saber en estos momentos a quién dirigimos nuestra ira, nuestra rabia. Porque a lo mejor nos convertimos en conductores suicidas que acabamos con alguien que no tiene mucho que ver con el problema o con las soluciones. He leído que no más excursiones, no más actividades. ¿Con qué queremos acabar? ¿Convertiremos los colegios es espacios grises en señal de protesta?
Nunca está de más aplicar sentido común y prever las consecuencias de lo que hacemos. Y no es un mensaje conformista.  Cuidado en no caer en la demagogia y en la ruindad del patán de turno que nos convoca vía e-mail a no celebrar la comida de navidad para que se enteren. ¿Que se entere QUIÉN? Cuidado con "VAMOS A DAR UN APROBADO GENERAL" que no será este cretino el que venga a firmar el acta.
Me acuerdo en estos momentos de una preciosa canción que escribió Brassens que decía algo así. Morir por las ideas, de acuerdo, pero de muerte lenta. Cuidado con los buenos apóstoles que nos marcan el camino pero ellos se quedan atrás.
La letra no tiene desperdicio.






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