viernes, 15 de julio de 2011

EL ENTENDIO: CRÓNICA DE ENSAYO Y ERROR DE LAS TESIS Y LAS ANTITESIS QUE ESCRIBEN MUCHOS DISPARATAOS QUE SALEN FUERA Y AÚN PASÁNDOLO MAL DICEN LO BIEN

Vamos, vamos. Lo que hay que leer. Cualquiera diría que no hemos visto lo que hemos visto ni que hemos viajao juntos.
En primer lugar no se puede estar bien en un sitio con el estómago envuelto en telarañas y el alma triste por no haber tomao un café como dios manda. Todo en Londres es sandwich empaquetao y comida con sabor a pastilla de pollo. Y pescado rancio con patatas fritas. Ese es el primer notición. ME INTENTARON ENVENENAR. Estos ingleses en cuanto ven a uno que no es inglés, zas, te envenenan.
Estábamos los tres, mi primo, su señora y yo, con más hambre que el perro de un inglés, y entramos en unas tabernuchas de esas que te tomas una cerveza. Ellos se pidieron un salmón con verduras y hojaldres de ese que te llenan el plato y te dejan el estómago vacio y yo no entendía ná. La carta era un viaje rara y estaba escrita en inglés. Una falta de detalle porque en saliendo del pueblo todos los bares tienen las cosas escritas en español y en inglés. Lo cierto es que yo no sabía que pedir y mi demora, que bien hablo desde que he venio de London, impacientaba a la camarera. Nos había traío tres cervezas calientes, acostumbrao como estoy yo a mi cruzcampo, y ya dijo mi primo:
- Tomate un pescao con patatas fritas que aqui es muy típico.
Fíjate tú, patatas fritas. Vengo a to London y me ponen patatas fritas. Pero eso no es lo peor. Se ponen a prepararlo y salía de la cocina un pestazo a basura y pescao corrompio que tiraba pá tras. A los diez minutos viene la gachi con un plato de patatas y una especie de la piedra roseta esa que habiamos visto por la mañana que habían robao a los egipcios hace unos siglos empanao a más no poder. Era como un bocadillo gigante. Pero no te creas que todos son asi. Ese era el mio, que me habían visto cara de español, que nos tienen mucha tirria. Meto el cuchillo y aquello olía fatá, me como las patatas y cada vez que llegaba al pescao propiamente una arcada de asco me se subia de arriba a abajo rebotándome en el estómago como cuando te tomas una alkaseiser. Menos mal que la buena de mi cuñá se dio cuenta de mi cara de disgusto y como sabe que no me gusta protestar me preguntó:
- ¿No huele eso un poco rarro?
- A los pies del Benito cuando ha terminao de labrá.
- Pues no te lo comas, a ver si te va a sentar mal.
Entonces llamó a la camarera y le dijo en inglés algo parecido a perros muertos y enseguida se le llevó y a los dos segundos ya tenía otra vez puesto delante de mi otro pescao con patatas. Si no quieres arroz, toma dos tazas. Venga más patatas.
Y me tuve que tomar dos cervezas más muy a mi pesar.
Y tengo pruebas con fotos del bar pero lo he mandao a releva porque estoy seguro que si se las doy a mi primo las destruye.
Había gente bebiendo en la calle que si eso lo hacemos en España salimos en las primeras páginas de todos los periódicos alemanes, que la Angela esa nos tiene una inquina Santa Catalina que no nos quiere ni vé.
Y del clima pá que contarte. Agua y frío. ¿No van a tené esa cara los pobrecitos míos de estreñios? Entre el mal comé, el frio y el café no pueden ser gente felices.
Eso sí. Gente pá prestá y vendé. Entrabas en un museo y te llevaban en volandas. Volando voy, volando vengo. Una vez que has visto un cuadro lo has visto tós. Lo que pasa es que como es gratis todos se quedan boquiabiertos. Fíjate, fíjate, este de los girasoles del que le cortaron la oreja.
Menos mal que siempre hay grupos de españoles con bromas y cachondeo que animan el ambiente, que de lo contrario o mai go, no aguantaba ni dios.
Y cuando tenga las fotos vas a aluciná.

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