lunes, 6 de junio de 2011

LA MENTIRA Y LA INFAMIA.

He buscado en mi subconsciente el motivo que un hecho tan trivial y pasajero como que un país acuse a otro sin pruebas haya provocado en mi tanto cabreo.
Y ya me he acordado: la mentira y la infamia, falsa acusación, me repatea hasta el extremo.
Me acordaba de una mala madre que nunca cuidó a su hija y cuando la tenía hecha una anormal le fue relativamente fácil salir de la crisis acusando a compañeros de clase de acoso. Dura palabra. Fácil de usar y difícil de borrar.
Esto es lo que me provoca tanto asco. Resulta muy fácil acusar a alguien de... para después retroceder y aquí no ha pasado nada.
La mentira tendría que tener un castigo acorde al daño que provoca. Hay políticos que han modificado hasta los villancicos tradicionales y ya no beben y beben, ahora mienten y mienten con total impunidad.
La mentira forma parte del subconciente colectivo. Acciones tan perversas como los malos tratos se ven empañadas algunas veces por personas que no han dudado en mentir para sacar tajada. Se miente por cobrar un seguro, se inventan medias verdades por favorecer o perjudicar en los sucios negocios de una suciedad anónima.

No hay comentarios: