jueves, 30 de diciembre de 2010

LEO, LEO ¡QUÉ BIEN!

Para leer se tienen que dar varias circunstancias. Y últimamente no se me daba ninguna. Ni tiempo ni libros que me interesaran.

Ha caído en mis manos este Retrato de un hombre inmaduro y, como en los viejos tiempos, me lo he leído de un tirón. Me gusta leer pero no por rutina.
De Luis Landero había leído Juegos de la Edad tardía, El mágico aprendíz y El guitarrista. Los tres me parecieron divertidos.
Pero las reflexiones continuas que hace en este retrato sobre la felicidad, el lenguaje o el trabajo y la galería de personajes que va presentando tan llenos de humor y vida me han dejado visto para sentencia: esto es escribir, amigo.

Las divagaciones continuas sobre mil cosas son brillantísimas. Gracias Luis por tan buen rato.

No hay comentarios: