jueves, 30 de diciembre de 2010

BRASSENS, SIEMPRE.


Tengo que reconocer que no solo he escuchado a Brassens. Hace años me dediqué a traducir sus canciones y a leer los libros que se publicaron sobre él. En concreto hay uno que me trajo Gilles (un amigo con el que iba a hacer un intercambio) donde Brassens se planteaba cada pregunta que iba a responder echándole en cara al periodista lo simple que era.
- Tú ya estás haciendo un juicio antes de preguntarme.
El juego de sus canciones les hace agradables para traducir pero ¡pobres de los atrevidos! Traducir es perder. El lenguaje no es solo una asociación de palabras. La sintaxis y la fonética juegan un papel indiscutible en las canciones de Brassens. No es lo mismo decir "Dieu veut que ma veuve s´alarme" que traducirlo.
Afirmaba Brassens que antes de poner una palabra le daba mil vueltas.

Hoy que además de leer escucho sus discos como la primera vez, solo cabe añadir VIVE BRASSENS

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