sábado, 6 de noviembre de 2010

Yo tampoco.

Nunca pensé que llegaría, canta la quinta estación. Yo tampoco. Descubro que hay 499 entradas en este blog y que excepto algunas narradas desde la inmediatez, la mayoría logran el objetivo de no importar cuando se lean.
Son penosas tanto hace un año como hoy.
Mi intención no era otra que ir acumulando recuerdos y sabidurias.
Te has quedado en lo primero, no se puede dar lo que no se tiene.
Algunas veces el uso exagerado de la hipérbole me señala con el dedo y arriesgo demasiado por un jugo de palabras.
Dilo claro, eres un bocazas.
Pero he descubierto a las 500 entradas lo que decía en la primera: el placer de compartir: alguien que busca información de Marruecos y se ha topado con el blog, alguien que viendo un vídeo ha seguido mirando. Y dar y compartir es un sentimiento hermoso.
Pues anda y que te den, mamón.
Algunas veces mi otro yo me desanima y me anima a quemar los papeles como Kafka, me da la nausea como a Sartre o me siento un extranjero, como Camus. Son los momentos existenciales donde me planteo todo.
Menos planteamiento y más manos a la acción: QUEMA EL ORDENADOR.
Otras veces la felicidad irrazonable pero corta me da un suspiro de aliento.
Si te vas a poner más idiota me retiro.
En fin, que ante una sociedad indecente, rara y absurda como la que nos ha tocao, es una catarsis auténtica poderse reír un rato.
Eso, por lo menos nos descojonamos. Yo de ti, evidentemente.

No hay comentarios: