domingo, 3 de octubre de 2010

PADRE

Hoy he ido a desayunar con mi padre, pero como no me gustan los diarios ni siquiera pondré que era un café con leche y un mollete con jamón.
Dicho lo que no iba a decir ahora no puedo decir que la vida de las personas que nacieron antes de la guerra ha sido extremadamente dura y que no han tenido solo que subsistir sino también acostumbrarse a cambios sociales y familiares.
Tienes madera de héroe, padre.
La palabra fundamental en tu vida ha sido sacrificio. Todo lo has dado por tus cinco hijos. Habéis renunciado mamá y tú a casi todo porque era muy complicado con un duro alimentar a una familia.
Con 13 años sabías que lo de la répública no iba muy fino: a tu campo de Rota mandaban a dos para no hacer nada porque no había nada que hacer y compartir lo poco o nada que teníais.
Por salir del campo te incorporaste al ejército y buscando la seguridad hiciste la pamplina más grande de tu vida: entrar en la Guardia Civil, un cuerpo donde hay pocos derechos civiles y de una guardia pasabas a otra y después a otra por un sueldo miserable.
Pero tú seguías matándote por sacar tus hijos adelante.
Tienes madera de héroe, padre.
La confianza en la otra vida y en un dios redentor te ha dado la fe suficiente para tragar muchas hostias y otras ruedas de molino. El sexo era pecado, quererse era pecado, disfrutar o vivir era pecado.
Ochenta y siete años dan para más de 30000 días de existencia, una existencia gris y dura.
Eso sí, que sepas que te quiero y que agradezco todo el sacrificio que has hecho por mí.
Espero tomar muchos desayunos contigo, Curro.

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