Conocí la música de Luis Eduardo Aute tal vez con su peor disco según la crítica: BABEL. Es un disco que cuando lo escuchas parece que tiene canciones pegadizas y que no valdrá nada pasado un año.
No ha pasado un año. No. Han pasado 35 y el Adios Inés de Ulloa, me voy para Lisboa, mapunto de soldao a la revoluçao, sigue sonando en mis oidos cual música celestial.
No me digas esas cosas que me pones empelao, ay Inés, tú no me quieres, que me quieres enterrao, el amor es otra cosa, eso tuyo en un pecao pero así es como me gustan las cosas del bacalao.
Y podría seguir.
Quién diría que el retales, chapuzas, pastiche, remiendos, tapujos y parches, todo funciona a pegote, que carnaval, que pistote, vaya chapuza que hay... es una letra del setenta y cinco. Más bien parece escrita al Senado después de la lamentable escenita de ayer.
En esos años buscaba las emisoras de radio que emitían algo de mis cantautores favoritos y recuerdo una entrevista de Aute donde le preguntaban con maldad
-¿Y no es un poco contradictorio...?
A lo que Luis respondía EN PRIMER LUGAR QUIERO DEJAR BIEN CLARO MI DERECHO A CONTRADECIRME.....
Aute es, sencillamente, genial.
Recuerdo tambíén que en la misma entrevista le preguntaban por sus tres canciones de amor favoritas.
Después de haber escuchado las tres miles de veces, me asombra lo poético de su elección que hace referencia al verso de Neruda ES TAN CORTO EL AMOR Y ES TAN LARGO EL OLVIDO.
Sus tres canciones de amor preferidas eran:
1. PABLO MILANÉS: PARA VIVIR.
2. JACQUES BREL: NE ME QUITTE PAS.
3. THE BEATLES. YESTERDAY
Más allá de su buen gusto, que comparto, pasados los años descubro a un visionario que supo decirnos tres canciones que A DÍA DE HOY, no han perdido un ápice de vigencia.
Luis, que grande eres.
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