Este era el barracón donde daba clase allá por el 85. Lo de dar clases es un decir. Era un primero y segundo con 24 chicos y chicas. Hoy sé que había hiperactivos, deficientes mentales o paralíticos cerebrales. Pero entonces no sólo no lo sabía porque eran tantas las necesidades de recursos o de profesorado que las educativas especiales todavía no estaban inventadas.
A pesar de todo,lo que nunca debe faltar es la ilusión y el cariño. De las dos cosas he tenido afortunadamente y tengo claro que es la percepción más fuerte que tienen los chavales. Tenía mucho que aprender pero muchas ganas por hacerlo.
En lo personal, dejé el fútbol y la pesca y me dediqué a las relaciones peronales. Me enviaron del cielo una chica perfecta...ea, ya está el chorizón. Lo cierto y verdad que el curso fue muy divertido, atractivo y romántico. En lo material tenía una casa de maestro con todas las comodidades.
Finalizado el curso me fui a Holanda y Francia y rememoré un año loco, loco. Pero todavía no fue nada para los que tenían que venir.
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