martes, 25 de agosto de 2009

MIL CARAS EN UNA.

Nos asombramos en ocasiones cuando una persona no nos ha parecido la misma. Se ha enfadado, ha mostrado otro carácter, nos ha parecido divertida.
Sin embargo, tendríamos que estar más acostumbrados al ser humano sabiendo que una persona puede tener muchas caras. Somos poliédricos y esto lo tendríamos que manifestar más a menudo y habitualmente vamos estriñido por parecer siempre la misma persona recta y juiciosa o la misma persona alocada y simple. ¿Por qué no podemos ser de todo un poco?
Andaba pensando en lo estricto de los papeles que nos adjudicamos cuando me he encontrado con un video fenomenal en youtube de un grupo de personas que en 8 minutos te demuestran que puden pasar de lacios a borrachos, a presumidos a ricos, a mujeres de su casa o creídillos, por citar sólo unos pocos. Como no se caracterizan es asombroso los distintos tonos de voces que emplean.
Todos podríamos hacer un poco lo mismo y no sólo en carnaval con el menosprecio que el pobre sustantivo tiene siempre en lo harto.

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