jueves, 27 de agosto de 2009

LE TEMPS PASSÉ

IL EST TOUJOURS JOLI LE TEMPS PASSE
El tiempo. Ese gran enemigo. No, corazón. Los enemigos somos nosotros que somos lo s que pensamos que siempre fue hermoso el tiempo pasado. Y, además, somos los que envejecemos y nos convertimos en seres irreconciliables o, al menos, irreconocibles.
¡Qué bruto, hostia!
No creo, por tanto, en los maravillosos años. En todo tiempo hay penas y alegrías, olvidamos las primeras y agigantamos las segundas.
Dichas tan sesudas y filosóficas palabras, un mojón pá mi. Ay, marquesa, si mi rostro, tiene rasgos de vejez, recuerde que en otro tiempo como el suyo, fresco fue. El tiempo todas las cosas se complace en marchitar. Él sabra ajar tu rosa como mi frente arrugar. El curso de los planetas no se puede detener. Me vieron como tú eres y como yo vas a ser. TENGO 20 AÑOS, VIEJO CORNELIO, DICE LA HERMOSA MUJER, Y HASTA QUE LLEGUEN AQUELLOS TIEMPOS... TE JODES MIENTRAS ME ESPERAS.
(MARQUESA
Es verdad que estaba recordando el curso 86 /87 que estuve en Lanzarote en una clase de 1º muy maja de la que aún guardo buen recuerdo y nombres como Constantino Cancio, que mi chica estaba muy cerca y nos veíamos los fines de semana y que por cosas del destino conocí a dos señores geniales y extravagantes. El alquiler se complicó en Lanzarote y los alquileres se triplicaron. Se rescindieron contratos. Al final Victor, Pedro y yo nos unimos en la desgracia y alquilamos un chalet a pie de playa en Playa Honda. Nos íbamos de fiesta a Arrecife (imposible olvidar los pulpitos fritos con patatas de la Destilería) y a Puerto del Carmen. El viernes yo cogía el barco a la Graciosa y el lunes vuelta a empezar.
De este año aprendí que no importa donde estés si te lo tomas a bien y te ríes bastante. Victor era muy divertido

Pasábamos muchas horas haciendo el tonto, cocinando, hablando o jugando. Era un fiera conduciendo. Sé que aprobó por Educación Física y se fue a su Ponferrrada que nunca olvidaba.
Pedro era un cachodo mental. Imposible definir de otro modo a este señor con cara de niño, pozo de sabiduria, licenciado en historia que sacó las de secundaria porque era un monstruo del saber. Siempr me acordaré de sus buenos consejos, de sus ataques de gota y alguno de histeria y de los largos paseos que nos dábamos por Playa Honda.

Y un rincón muy especial para aquella chica a la que me dí y la que se me dio de forma tan generosa con quien he compartido tantos y tantos ratos.

Gracias Reina por ser el amanecer continuo que nunca tiendes al ocaso.

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