viernes, 17 de abril de 2009

PALCO EN PALABRAS


Vive mi localidad, después de la semana buena, una gran controversia verbal y se discute lo razonable o no de colocar palcos a lo largo de la carrera oficial. La palabra carrera me cansa y la palabra oficial me asusta, pero es que hoy estoy palco en palabras.
En mi localidad hay muchos iconoplastas que son esos señores cofrades embriagados de incienso que confunden el arte con la religión, la religión con el folclore, el folclore con lo sentimental y lo sentimental con el sentimentalismo. En fin, lo confunden todo.
Sin embargo ellos van a lo suyo y detrás de toda acción religiosa subyace un poder económico y es que todo lo que se recauda con los palcos va a parar a la unión de hermandades. Dios dijo hermanos pero no primos. Pero hoy estoy palco en palabras.

Toda esta parafernalia me llevan a la conclusión de que no conozco a Fernalia, pero si la conociera le diría: Para, Fernalia. En la democracia el poder de los votos acarrea los intereses económicos y los intereses económicos facilitan los poderes fácticos. Y viceversa. Por lo tanto puede llegar a ser un grupo de poder un anormal que confunde el sentimentalismo de una banda de cornetas con la última voz nacida en un operación triunfo. Todo es poner los pelos como escarpia y sentimentalismo puro.
Resumiendo: si los iconoplastas son palcos en palabra que no se sienten. O que no se sientan mal.

No hay comentarios: