lunes, 13 de abril de 2009

CONTRA EL PODER

Leí El Proceso de Kafka y encontré en este libro la capacidad para comprender lo incomprensible. Por ese tiempo leí La Peste, de Camus, y aprendí que la solidaridad de lo más cercano es lo que realmente da sentido a esta existencia.
Sin embargo me resultó insulso un libro que con el tiempo ha cobrado mucho sentido en mi forma de pensar. REBELIÓN EN LA GRANJA, de Orwell, sintetiza todo lo que pienso sobre la política y el poder.

De forma castiza todo se resume en el si quieres conocer a Fulanillo, dale un carguillo. Es irónico pero es así. Ecologistas, gente muy de izquierda, socialistas ultrabeligerantes, muchos y muchas me han venido a confirmar que el poder corrompe.

Me sigue resultando actual La Metamorfosis de Carlos Cano cuando decía
“¿Dónde va ese muchacho con el triunfo en la cara subiendo como un gamo la invisible montaña?
¿Qué gloria se reparte? ¿qué será lo que dan que hace perder el culo? señor, ¡Qué barbaridad!
¿Y ese chico de barba? De todo se ha olvidado, tiró por la ventana los sueños del pasado.
Él mismo que decía: ¡Compañero a luchar! En la gastronomía encontró su, ideal.
¿Qué queda de aquel tiempo? ¿Qué fue de la ilusión? ¿Dónde está la esperanza de nuestra generación?
Entera a su servicio. No hay problema zeñó, para lo que usted guste, dispuesta, en posición.
Tiempo de los enanos, de los liliputienses, de títeres, caretas, de horteras y parientes, de la metamorfosis y la mediocridad que de birlibirloque te saca una autoridad.”

Sí, que de birlibirloque te saca una autoridad. No tiene desperdicio

Por eso es estos tiempos de conspiraciones y falsos poderes me pregunto yo también que gloria se reparten y tildo de enmayaos, que dice mi padre, a todos aquellos y aquellas que usan el poder para posarse sobre él, ¡El poder! ¡El trono! ¿El trono o María? Al fin y al cabo el trono lo quiero para posarme sobre él y satisfacer mis deseos, los más sublimes y los más perversos. En cambio a María la quiero para… ¡Caramba, qué coincidencia! (LES LUTHIERS, evidentemente)
En fin, no me gustan los arribistas. Detesto a aquellos que juraron y perjuraron que nunca harían lo que han terminado haciendo y me fastidia enormemente que el peor obrero termine siendo el capataz más tirano.
Por eso y por mucho más estoy absolutamente de acuerdo con Pedro Guerra.
Contra el poder que nos enseña sólo aquella mitad
contra el poder de las verdades dobladas
contra el poder de quien conoce pero sangra de más
contra el poder de las canciones guardadas
contra el poder que nunca abraza a los que pueden pensar
contra el poder que nos vigila los pasos
contra el poder que siempre miente en nombre de la verdad
contra el poder que nos convierte en extraños
contra el poder
que debilita y nada da que sólo quita
y deshace lo que está
contra el poder…
contra el poder
en cualquier forma que sé de
contra la fuerza y mal uso de la fe
desde el poder…
contra el poder que abre una zanja entre el amor y el placer
emparentando el bienestar y la herida
contra el poder que no distingue entre morir y crecer
contra el poder que compra y vende la vida
contra el poder que hace del padre ostentador del poder
contra el poder que nos obliga a engañarnos
contra el poder que hace a los hijos reinventar el poder
contra el poder de los que piensan ganando
contra el poder…
contra el poder que no descansa y se detiene a beber
junto a las fuentes del sabor y el deseo
contra el poder que nos bendice en el hogar del poder
contra el poder del la ignorancia y los juegos
contra el poder…

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