jueves, 18 de septiembre de 2008

Tiempo, tiempo, no tengo tiempo para nada.


Me levanto, bostezo, vivo, almuerzo. Eso cantaba Sabina con ritmo frenético. Qué locura.
Me miro y tiemblo. Me hace falta JARABE DE PALO. Corro de aquí para allá. Hago y todo queda sin hacer.
Resuelvo tres pero surgen cuatro y pongo en duda hasta mi incapacidad. Menos mal que me queda el espíritu crítico para considerarme imbécil. O tal vez no.
La duda forma parte del relativismo a la que todo someto. Fíjate. Y rima con soneto. Habrá que hacer algo. Pero hago tres y surgen cuatro. Mejor la inanición.
Es contradictorio hablar continuamente de normas. Fijar normas. El mundo estaría mejor sin tantas normas. Todo fijado. Preestablecido. Normas y hormas.

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