viernes, 26 de septiembre de 2008

Meterse a tonto

Cuando la gente en la edad media se metía a cura o a monja la vocación siempre no era real, a veces era hambruna.
Hoy las vocaciones no son frecuentes y es más fácil meterse a tonto. El estado está favoreciendo una pena por los que se hacen pasar por tonto sin realmente serlo y se les da de todo. Cáritas está dispuesto a escuchar, las trabajadoras sociales atienden con prontitud y te encuentras que hacerse pasar por tonto vale la pena. Es el estado de bienestar .... de los imbéciles.
A mi ésto siempre me recuerda a un tonto que fue a confesarse porque robaba las peras del árbol de la vecina que estaba entre las dos casas, y le dijo al cura:
- Padre, yo me acuso de que, como soy medio tonto, entro en el jardín de mi vecina y echo las peras de su jardín al mío.
- ¡Vaya hombre! ¿Y por qué no lo haces al revés?
- ¡Hombre, Padre! ¡¡Porque entonces sería tonto entero!!
Los tontos y las tontas se me apoderan porque nunca vienen por derecho. Con su disfraz de Sra. Barragán alimentan la compasión se hacen víctimas de todo. Han encontrado una profesión sin riesgo y de ingresos aceptables. Sólo se requiere poner cara de tonto. Ante cualquier complicación tienen excusa perfecta y, además, cuentan con el apoyo social.
¿SEREMOS TODOS IMBÉCILES?

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