jueves, 27 de diciembre de 2007

FOMENTO de las magdalenas

Llorar como una magdalena. Llorar. Para llorar todo lo que concierne a Magdalena. Pocas veces en mi vida he oído declaraciones tan vomitivas como las de un tal Pizarro diciendo que la mala gestión de la ministra de fomento se denuncia porque es andaluza y que los catalanes no pueden permitir que una andaluza lleve el tren a Cataluña. ¡Qué pedazo de borrico!
La Magdalena no llora sino que se revuelve contra todo y contrataca como el imperio y nos amenaza con seguir paquenosaguantemos. Madre mía del amor hermoso, ¿cómo es posible tanta gilipollez? Una mala gestión se transforma en un ataque furibundo y de paso y repaso a los pobres catalanes que sufren y padecen les acusan de inapropiados.
Evidentamente la paridad provoca absurdeces de este calado. La mujer tiene el mismo derecho que el hombre. Pero que obligatoriamente pongamos a una mujer para cubrir el expediente y la paridad es una parida///d bastante grande.
Soy andaluz pero mi patria en mis zapatos. Soy hombre pero mi sexualidad sólo un poco más arriba. Soy persona y estaría encantado con que usáramos la mente y la inteligencia. Claro que, en ese caso, ¿quién nos gobernaría?

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