miércoles, 5 de agosto de 2015

MIJAIL DESESPEROZHOVA ATRAVIESA ATRAVESADO LA PLAZA ROJA, LA CATEDRAL DE LA REBELIÓN Y LO QUE HAGA FALTA POR FEDER DOCTO JECKILL RESTREGOFF (2)




En los viajes la cabeza aterriza el segundo día. El cuerpo intenta adaptarse y sufre las dificultades de un espacio y un tiempo diferentes, el cambio en los hábitos básicos como comer, dormir, tu vieja almohada... Pero la mente llega un día más tarde. Cuerpo y mente se desprenden y viajan en tiempos diferentes.
Mijail lo sabía porque era un viajero experimentado. Podía comer o no comer. En la vieja Siberia un día se comía un ciervo y cinco no probaba bocado.  Mijail no sufría especialmente aunque los años van pasando  y un desayuno en exceso provoca desarreglos digestivos difíciles de conjugar con un verbo en primera persona del singular. Yo me meo a veces no cuadra con el horario exigente del viaje en grupo. Las circunstancias individuales son eso, INDIVIDUALES. Y esto es un viaje en grupo.  Mijail se quedó de piedra cuando dos personas el primer día se quedaron en tierra porque la guía tenía que cumplir su programa. Mijail y todos sabían que el retorno al hotel de estas dos chicas desconociendo el idioma, de noche y en un pais donde se habla ruso o ruso podía ser confuso. Pero Confucio no es el patrón de estos viajes donde si son las 12´15 esto es la plaza roja. 
El contexto político y social también empieza a percibirse el segundo día. Mijail pensaba que el pueblo eslavo estaba marcado a fuego con la c intercalada.  C de caciques con nombres de Zar, C de comunismo, pero 30 años después la C de capitalismo también los volvía esclavos a los eslavos. Pobre pueblo.
Cuando veía los restos del viejo poder en personas tristes que habían sufrido tanto, que habían salido adelante con mil privaciones y que ahora no entendían que se fuera a peor incluso, Mijail se apenaba. El pueblo ruso es un pueblo abofeteado. Todo es grande en Rusia pero esa megalomanía la paga el pueblo y la disfrutan unos pocos. Qué de hostias por todas partes. Y la religión tiene mucha parte de culpa. "Aquí venimos a sufrir porque Dios sufrió por nosotros" Y por eso las misas son de tres horas y de pie, ayuno de doce horas. Marx se equivocaba al señalar la religión como el opio del pueblo. Ojalá. La religión es la atadura del pueblo para no rebelarse, para decir SÍ donde habría que decir NO. Políticos y obispos se frotan las manos con el miedo colectivo.
Sobre iconos y dioses estaba montada la visita del segundo día y con este caldo de cultivo la actitud de Mijail era de cardo borriquero. Primero esa iglesia adorada que prohibió y destruy´el partido, que sobre ella hicieron una piscina tan enorme como absurda en una ciudad como Moscú que alcanza los treinta grados bajo cero. Después más cantos y gorgoritos en San Basilio. El segundo día no es buen día. Es un día de ajustes donde siempre falla algo. 
La comida. La comida suele fallar en Moscú. Ensalada triste de Sovjov y sopa de remolacha a la quinta pregunta. Segundo plato innombrable y postre o tercer misterio de la santisima trinidad.
El metro es también excursión en Moscú. Hay paradas de metro con detalles bélicos. La guerra y la sangre derramada. Francia 2 - Rusia 6. Una retirada a tiempo es una victoria y el General Invierno y quemar los campos fue una táctica infalibre. Destruye que nada queda. Se acaba el segundo día un tanto psicodélico, agotador. Si hoy es sábado esto es lo que hay.




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