miércoles, 9 de septiembre de 2015

CHAQUE JOUR UNE CHANSON: DE LA METAMORFOSIS Y LA MEDIOCRIDAD, QUE DE BIRLIBIRLOQUE, SACAMOS UNA AUTORIDAD. LA MEDIOCRIDAD SEGÚN FORGES

Tenía mucha visión de futuro cuando compuso LA METAMORFOSIS, que por cierto dedicó a Brassens. Tiene mucha razón Forges cuando se pone serio para hablar de mediocridad. Desde hace años lo vengo pensando, pero de un tiempo a esta parte con demasiada frecuencia. Somos mediocres tirando a simples. La simpleza siempre me ha asustado y vivo temblando desde hace algunos años.
Desde hace algunos años veo que cada día somos más ignorantes, más imbéciles. Que la televisión llevada por las cifras de audiencia es una asquerosa basura. A esa televisión van la gente no ya mediocres sino mentirosa, calumniadora, desprestigiada y desprestigiadora. Desde hace un mes me dice que sale en telecinco un antiguo alumno mío que era de lo más mediocre que he tenido jamás, por utilizar un término suave, que lo están convirtiendo en diosa. 
No veo en la clase política personas con visión de futuro que sepan ir más allá de los cuatro años. Promesas, mentiras, zancadillas... pero poco sentido común. La educación no empieza en el colegio, como dice Forges, empieza en la familia. Unas familias desarticuladas donde el abuelo se hace cargo, o lo intenta, de varios hijos y nietos, donde falta el respeto y el civismo, donde no hay normas ni educación. Colegios y hospitales donde hay miedo a que por cumplir te lleves un guantazo. Mi querida España no es tan querida últimamente por esa simpleza, ese todo vale.  Si miro hacia atrás lo tengo que hacer con ira y con rabia. Muchos derechos perdidos, muchos hijos que han tenido que salir a Francia, Inglaterra, Alemania a buscarse la habichuela. Muchas carreras y años de tu vida detrás de un camarero que te pregunta que quiere beber. Pero en fin, Forges lo explica mejor.
Quienes me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de éstos, creo que ha llegado la hora de ser sincero. Es de todo punto necesario hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrítica, tomando, sin que sirva de precedente, la seriedad por bandera
Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más
allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo.
Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros.
Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. 
Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de los nuestros. 
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia. 
- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura. 
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional. 
- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado. 
- Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas. 
- Mediocre es un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada –cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada. 
- Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida. 
- Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza. 
- Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad. 
- Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo. 

  

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