Antes de ayer hubo otro ayer y otro que también fueron especiales. Porque preparar el ayer me llevó varios ayeres.
Pero mereció la pena. Todos pusimos un poquito y, como siempre, resultó un bastante. El escenario estaba chulísimo con disfraces de muchos años y el vídeo que vimos al final también muy bien.
Estas fueron mis palabras, especialmente sentidas esta vez.
DESPEDIDA DE
SEXTO. AYER.
Fue ayer
cuando me dispuse a montar fotos de cuando erais pequeños. Fue ayer cuando por
primera vez montando un vídeo me entraron ganas de reír y de llorar a la vez.
Porque veros con esas caritas y esos ojazos me hicieron recordar tantos y
tantos momentos que hemos pasado juntos.
Como
profesor y como director de estos nueve años tengo una parte de mi vida pegada
a vosotros. Como profesor recuerdo muy bien cuando en infantil os daba deporte
y jugábamos al lobo. ¡YA VOY, QUE ME ESTOY PONIENDO LOS PANTALONES! Bueno, eso
de jugar era un decir para algunas niñas que lloraban nada más verme llegar
como si fuera el lobo de verdad. Viendo la clase con Lourdes Domouso o con
Inma, los recuerdos se han agolpado en mi cabeza y veros me ha gustado
muchísimo.
Volvimos a vernos
unos años más adelante y desde segundo no he dejado de daros algo, por lo menos
la lata. Me ha gustado mucho daros matemáticas porque habéis podido ver que
matemáticas es la vida misma, no es una asignatura. Si habéis llegado a
divertiros con las matemáticas o con las bromas en clase, mejor que mejor. Y si
por el contrario las matemáticas os parecen un pestiño… llevárselo a vuestro
abuelo con una copita de anís.
Y muchas
fotos me han hecho pensar que en el fondo habéis sido muchachos y muchachas muy
afortunados, con unos maestros que os han llevado a muchos sitios y que os han
vestido de semáforos, de flamencos y de flores, de pinochos, de niños o de
abuelos, ah… que se me olvidaba, y de bufones. Tendréis que tener un trastorno
grande de personalidad después de haber sido de todo, pero si lo cogéis por el
lado bueno eso os ayudará a conocer mejor a los demás… sobre todo a los
semáforos.
Y como
director yo también empecé en este cole como vosotros en el 2005. También
parece que fue ayer, no solo porque el colegio está igual… es ironía, si no
porque con personas como vosotros y vuestras familias han apoyado mucho y se
han implicado en el día a día, en las tareas, en las fiestas, en los
materiales. Han sido unos padres y madres fabulosos.
Y por ahí
está mi única preocupación: igual que nueve años han pasado en un abrir y
cerrar los ojos, cuatro años pasarán más rápido todavía. Espero que os coja con
los ojos bien abiertos y con la madurez suficiente para aprender tres cosas:
-
Los
adultos no tienen siempre la razón pero tampoco el primer colega que conozcáis.
-
Nos
han ensañado que escaquearse y no esforzarse es lo guay y es mentira. El sabor
que tiene lo que hacemos, lo que aprendemos por nosotros mismos sabe mucho
mejor que cualquier cosa.
-
La
vida es maravillosa y da tiempo para todo pero si os organizáis un poco. No hay
nada más triste que dejar pasar la vida desde una plaza o mandando mensajitos
inútiles. Aprovechad el tiempo, buscaros aficiones sanas como la lectura, la
pintura, el deporte o la música.
Si sigues estos tres consejos y no bajas los brazos
así como así porque no te gusta
rendirte, seguro que os irá muy bien. Así lo espero.
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