miércoles, 1 de octubre de 2014

CHAQUE JOUR UNE CHANSON: EL BURDO RUMOR Y EL GUA CHA

El epíteto es ese adjetivo que está de más,  es ese adjetivo que se sobreentiende. La nieve es blanca. Pues sobra eso de me asomé a mi ventana y vi la nieve blanca.
El gran Javier Krahe tiene una canción que se llama El burdo rumor. Otro epíteto. El rumor siempre es burdo, grosero. Vive en el colectivo y se ampara en el subconsciente colectivo, en el boca a boca, en la subnormalidad generalizada. El rumor es el arma que usan los paranoicos y pirómanos de la necesidad del existir para darse a conocer. La famosa cotilla de los brazos en jarra, la cuenta chisme del barrio, la maruja del Selu del mira te voy a contá una cosa que te va a quedá hasta muerta, necesita aire y rumor para sobrevivir. Su pan diario es la estupidez que se inventa, la paranoia que la hace feliz.
La televisión ha multiplicado por diez el alma del rumor. Cualquier cosa que salga en televisión reaviva al subconsciente colectivo, al subnormal cotidiano. Por si esto fuera poco no tengo mis versos, que cantaba el Silvio, y ahora hay un arma de destrucción sin iva que es el teléfono que llaman inteligente ???? y una aplicación llamada Whats App. La bola de nieve era mortal pero al menos tenía la gracia de ir sumando adeptos en una progresión aritmética, yo te cuento, tú cuentas, él cuenta. Con el Gua Cha la progresión es geométrica. La estupidez no se suma, se multiplica. Mi interpretación absurda de la realidad deforme llega a 40 personas que de manera exponencial mandan sin ningún miramiento mi gilipollez que inmediatamente se multiplica por otro tanto.
Pues eso, en un mundo tan burdo el rumor encuentra el eco con facilidad. Y mira que es burdo.


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