martes, 25 de marzo de 2014

LECCIÓN MAGISTRAL DE ANA LÍTICA SINTE SOBRE LA CURIOSIDAD Y EL SER HUMANO

La curiosidad es propia del ser humano. Pero la curiosidad mató al gato y ya sabemos aquello de que siete vidas tiene un gato. Cuánta curiosidad no habría en ese gato. Sería un gato grande. Si llega a ser gato pequeño hubiera sido un gatillo. Y yo las armas ni en pintura que ya sabemos que las carga el diablo. De la curiosidad al gato y del gato al diablo porque más sabe el gato por viejo que por diablo. Así se cierra este círculo cuadrado con puntas que se me clavan en el alma ante tanta incomprensión. 
-¿Puede un círculo tener puntas? Me preguntaba yo en Dijon donde fui alumna becada por la universidad por mis altas graduaciones?
- No, me respondía a mi misma. Sin entender que la corona de conocimiento que me rodeaba como un áurea tenía pinchos hostiles que se clavaban en mi entendimiento. Y mi entendimiento se me pinchaba como un balón de playa entre zarzales verdes. Yo jamás pude comprender en Dijon a ese muchacho altanero que se acercó a mi pidiéndome una cita. Mi entendimiento  es concreto y va de lo pequeño a lo grande. A mi me gusta verlo pequeño y que alcance el pleonasmo de forma precoz. Así es el ser y el no ser. El mundo es curioso, las imágenes que he preparado para ti son curiosas. No me digas ahora que tú no eres curioso. Un 90% de las cosas han nacido de la curiosidad. Dos cuerpos que se juntan, un halo de misterio (con h aspirada, no con f medieval) un miembro que surge y rompe el silencio.
La poesía me inunda todo mi ser. Noto la humedad por dentro circundando mis labios inferiores.  Me toco por delante y me tras-toco. Todo es una contradicción. Siento la locura. Siento ese dedo que nace y muere en mi. Es el flujo de la vida, la locura colectivida. Siento un enorme placer viendo estas diapositivas que no termino de ver porque la mente se me empaña en un placer que se empeña en seguir ahí, ahí, ahí, ay. 

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