Hoy hemos estao de rebaja yo y er Casiano porque hemos sacao de paseo a nuestras mujeres. Y la verdad es que tenía razón el Braulio cuando decía:
- ¡El día que regalen pulgas!
Tó er mundo está esperando a las rebajas y no se da cuenta que nos engañan como a chinos... o como a americanos. Hay un estudio de la universidad de Machachuche que dice que los americanos no miran el precio, sino lo que se ahorran. Manda güevos. Hay tienes El Corte Inglé, cuando no es semana fantástica es 4 días de oro o rebajs. Tó es mentira. Contaba el Braulio que en Barcelona empezaban la rebaja y le preguntaba la dependienta al dueño:
- ¿A como pongo los pantalones que están a 1.500 pesetas?
EL ENTENDIO, REFLEXIONANDO |
Es ansina, nosotros creemos que engañamos pero las rebajas son una estafa. A vé cómo me explica a mi que los comercios tengan San Beneficio con lo que tienen que tragá. Robos, devoluciones. Macuerdo de una maestra der pueblo que fue a devorvé unos pantalones porque le quedaban estrechos... y la tía los llevaba puesto!!! Las devoluciones tenían que está prohibía, habértelo pensao ante.
Una vez mi amigo Tomá se tuvo que comé un traje cabía vendío a un trebujenero. "Es que me lo puse pá la boda y después de comé se reventó."
Toma argumento. Pero es ansina. La gente es bruta y los comerciantes nos dan la güerta y no nos enteramos.
Los artículos valen cinco veces más y nos ponemos tan contentos cuando nos lo llevamos por la mitá. Pensamos que le damos coba pero la coba nos la dan a nosotro.
Hoy llevamos yo y er Casiano tó er día con los pies hinchaos. A los maríos en las rebajas nos podían contratá de percheros. "Toma cariño, coge esto y espera en la cola"
¡La cola! Allí ves de tó. Gente que devuerve hasta sin meterse los deos. Lo que compraron pá reyes y no les gusta, lo que compraron pá reyes y ahora es más barato, lo que, lo que, lo que. Loqueros hacen farta aquí.
ER CASIANO. |
Va un paleto a comprá un paragua y le piden ocho euros.
- Es mú caro, rebájeme argo.
- Está bien, se lo dejo en sai.
- Si me lo dejo en sai seguro que me puede rebajá argo má. Venga, que estamo en crisi.
- Mire, no sea pesao. Se lo dejo en cuatro pero ya vale.
- No, ustedes nunca pierden. Seguro que me lo puede dejá más barato.
- Está bien, dice er dependiente ya harto. Se lo dejo en dos.
- En dos me parece bien, pero seguro que tiene beneficio.
El comerciante, a punto de sufrí un infarto del mio y del cardio, decide regalárselo.
- Tenga usté, pesao, se lo regalo.
- ¡¡¡¡No!!!! GRATIS DOS.
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