Una vez oí contar que Sevilla ... pesadilla. Y lo escribí yo mismo. Porque Sevilla es bullicio y sevillanos felices de ser sevillanos, mi arma. El más vale tener gracia que ser gracioso se cumple en Sevilla, mi arma, que hay mucho gracioso.
Sevilla y yo estábamos enemistados. Afortunadamente soy una persona abierta que disfruta buscando la realidad al otro lado del puente. No necesariamente debajo, que cantaba el Pedro, pero al menos al otro lado.
Y es así como este fin de semana me he ido a Sevilla al otro lado del puente y me ha gustado. Me ha gustado Triana y cruzar el puente de Isabel II. Si no me gustaba Sevilla era porque era yo el que no le gustaba. No comprendía el bullicio ni esa forma de ser. Este fin de semana sí, he percibido que Sevilla tiene carnaval incluso en Navidad. Por sus calles encontrabas coros y la chirigota del Vera Luque cantando los hinchapelotas.
Y pude comprobar, una vez más, que nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con el que se mira.
Y mi cristal era el de un chaval que bebe los vientos por una morena como hace treinta años. Gracias chiquita.
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