miércoles, 11 de diciembre de 2013

11/12/13. VIDA, VIDA, VIDA.

Vamos hombre, esto va, el mundo mejora, vamos hacia arriba. Tienes que sacarte la pena. Vamos. Tengo un clavel para mi que me he dicho que ando triste.

Si me viese usted mirándome infeliz al espejo.
11 barra 12 barra 13. El 14 está a la vuelta de la esquina. Que venga ya, venga como paloma de libertad. El 13 termina mal.
Y es que de vez en cuando la vida tiene estas cosas. De vez en cuando, solo de vez en cuando.  Aún noto su palabra, sus consejos. Emerge su recuerdo de la noche en que estoy.
Recibo el correo de un amigo que solo dice: Soñar, sonreír, luchar... es vivir.
Y por eso voy a hacerle caso. Soñar. Qué palabra más hermosa. ¿Soñáis? Claro que si, cantaba Lluis Llach, en Somniem, una canción que hoy me suena deliciosa y que hace años me daba miedo.
Y por eso voy a hacerle caso. Sonreír. Incluso sonreír para adentro, sabiendo que la vida hace su juego y que tu sabiduría está en sonreirle  a la vida como aquel clown que tenía que salir a escenas. Lo cantaba muy lindo Nacha Guevara.
Y por eso voy a hacerle caso. Luchar. Luchar porque la vida hay que pelearla, nada ni nadie nos puede detener. Hay que luchar cada minuto de felicidad. Porque aprendes que después de momentos duros siempre hay una especie  de alivio, ese Dios que aprieta pero no ahoga, esa providencia divina que todo lo ve.
Hay que vivir, amigo mío, antes que nada hay que vivir, cantaba Humet. Con fiebre y marchito me encontraba ayer, parecía que salía de mi la pena en amargos vómitos, rendido ante la porcelana blanca de Roca. Era la triste suma de días aciagos.
Para momentos así tengo a Lluis Llach que viene a recordarme vida, Vida, VIDA, VIDA

No hay comentarios: