Lo que me resulta lamentable es tenerlo que hacer sí o sí. Lo que me resulta triste es que con más medios, más recursos, vayamos pá trás. Una sociedad que no avanza en derechos, que retrocede.
Muchos años de crianza, de estudios, de cariño. Y veinticinco años después dejas a tu hija en un aeropuerto para que se busque la salida que aquí no hay salida.
No hay salida pero al volver del aeropuerto escuchas que por los eres se han perdido un porrón de millones. Eres tonto, que canta el canto del loco. Me paro y me pregunto por qué no vives rodeado de más verdad. Soy tonto. Escucho a Montoro diciendo que los sueldos no han bajado y yo seré tonto, pero Montoro es como es.
La historia se repite y nos volvemos a Europa. Mientras aquí ves que a mucho les sigue tocando el sombrero en la tómbola, aunque yo no me lo creo, que cantaba Carlos en el Salustiano. En Andalucía han desaparecido millones en los ERE, en Marbella o en cualquier ayuntamiento. Pero en Castilla también, en Valencia o en Cataluña. Sea del signo que sea el partido.
No quiero cansarme ni quiero a aburrir a nadie. Que pocas palabras tengo y las que os digo están tan gastadas, canta Lluis Llach en EL DÍA DE LOS MISERABLES.
La reforma laboral, la globalización y el europeismo no me parece mal; me parecen mal los que lo organizan, los que nos venden el humo, los que envuelven la nada en papel de regalo, los que se forran a lo grande y dejan a muchos con una mano delante y otra detrás, las ilusiones que se desvanecen, los que en su trabajo son los más mangurrinos y encuentran en el ayuntamiento o en al parlamento o en el sindicato su forma de llegar lejos, de conseguir sin escrúpulos lo que sea.
Muy válidos son en la sociedad el 99% de personas que trabajan con conciencia. Y los que no la tienen ahí están, manejando el cotarro.
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