domingo, 5 de mayo de 2013

JOAQUIN CARBONELL. ENTRE SETE Y CAI

Aragón está entre Sete y Cai. Exactamente a 727, 12 kilómetros de una y de otra. Y hay un aragonés que tiene el estilo de Brassens y hace unas canciones muy irónicas con aires de carnaval. 
Joaquín Carbonell me gustó mucho en sus inicios. Su maestro fue el inolvidable José Antonio Labordeta y sus primeras canciones tenían  mucho arte. Se rodeó de músicos excelentes, desde Jorge Sarraute a Toti Soler. Textos críticos escritos por él o Pilar Navarrete y alguno del propio Labordeta (con el sudor de tu frente)

Dar a conocer un disco, conciertos, etc, deriva siempre en que el segundo disco suele ser malo. Siempre digo que el primer disco es inmejorable y el segundo horroroso. En el primero tienes toda tu bagaje personal y en el segundo lo que has podido hacer entre actuación y actuación, canciones meadas en general. El disco se llamaba DEJEN PASAR.
Con más tranquilidad apareció su tercer disco que recuerda en muchas cosas al primero. El nombre, SEMILLAS, lo dice todo. Tiene canciones divertidas en la cara A como La flor de parra o para San Roque. Yo que he estado muchos veranos en un pueblecito cerca de Teruel te puedo decir que el disco está pensado para ese ambiente. Como soy más de campo que las amapolas, el disco me gusta mucho. Tal vez más que el primero.

El cuarto disco, SIN IR MÁS LEJOS, va solo un poco más allá que el segundo. Ya me pilló empezando a trabajar en Canarias y tengo el recuerdo en cintas de cassette. Por aquellos años me enamoré y cuando escuché "CUANDO TENGAMOS LAS MANOS LENTAS"  pensé que sería hermoso cantar cuando tengamos las manos lentas y los cabellos como algodón recordaremos aquellos días en que decías que siempre es tiempo para el amor.

También había una canción muy jocosa al estilo de Brassens encontrado la parte positiva de las putadas que le hacía el amigo.

Con este disco le perdí la pista a pesar de que ha seguido haciendo muchos temas de Brassens traducidos con unos músicos excelentes.  Pero yo escucho a Brassens en francés, siempre he mantenido que Brassens es un poeta intraducible, era un artesano de la palabra en el sentido fonético y léxico. Y cuando encajas una frase como todas las suyas no intentes desliarla.
Los libros que ha escrito sobre Sabina o Labordeta me han parecido regular. Regular ná más.

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