jueves, 20 de septiembre de 2012

EMPIEZA EL OTOÑO ¿EMPIEZA MI OTOÑO?

En este septiembre algo huele a diferente. Empieza el otoño pero noto cambios a mi alrededor. Hablan del síndrome del nido vacío cuando los hijos salen de casa. Este año sale el pequeño y no es esa mi sensación. Siempre he tenido la idea que hasta los pájaros saben más de crianza que los humanos porque saben que salir del nido no es solo necesario: es bueno. Un hijo evoluciona desde la dependencia más absoluta a la independencia total. Y lo hacemos bastante mal cuando en dejar de dejarlos crecer lo hacemos cada día más idiotas. 
 

 
 No es mi caso. Estoy feliz viéndolos crecer, viéndolos mayores. Miro hacia atrás y parece que fue ayer cuando estábamos en los columpios, cuando viajábamos juntos. Miro hacia atrás y un nudo se apodera de mi garganta. Los veo tan     mayores que me da vértigo.
La vida. No se me rompe el alma pero un pellizco tengo en el estómago y una extraña humedad circunda mis ojos.
Y parece que fue ayer.
Nueva etapa. Nueva era. Nueva estación. Empieza el otoño. ¿Empieza mi otoño?
Una dulce sensación, sin embargo, es más grande que todo: ¡qué bonito ha sido! Qué grande es ahora hablar con ellos y verlos tan maduros y tan personas.

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