Muchos os preguntaréis cómo el mundo se creó en siete días y hoy sigue aquí más o menos. Pues en esta tesis hipotética están todas las respuestas o ninguna.
Con unos ingredientes básicos: tres cuartas partes de agua, tierra, animalillos y tal, el mundo fue concebido desde una perfecta imperfección.
El mundo será regido por humanos, que son seres que se creen inteligentes pero no tienen ni pizca de inteligencia.
Todo estará concebido desde el sentido común y el sinsentido más absoluto y siempre se llevará el gato al agua lo ilógico, menos algunas veces.
Habrá un ser delicado y con intuición que ocupará un segundo plano porque el primer plano lo ocupará lo masculino que pensará con la cabeza del nabo, disculpen la barbarie. La sensibilidad se dejará predominar por la fuerza bruta.
De los aspectos morales se ocuparán los humanos que renieguen de los aspectos morales del hombre y conviertan lo natural en antinatural.
El mundo será un perfecto juego entre lo que es y debería ser. Todo estará medido y pesado de tal forma que nada tenga ni medida ni peso. Las personas que ocupen los escalafones superiores serán aquellos que intentarán aprovecharse de todo, los más viles. Conjugando lo que es y lo que no tendría que ser se logra el perfecto desequilibrio. Se cocinará a fuego lento o no, algunas veces se pondrá el horno a 360 grados y se volcará la bandeja para que la salsa desaparezca.
Los humanos serán infelices pero a ratitos serán felices. De este modo estarán siempre entre el quiero y no puedo. Querrán vivir pero sabrán que tienen la soga al cuello. Habrá humanos buenos e inteligentes pero dominarán los necios.
Con estas y otras recetas que digan exactamente lo contrario se logrará la variedad. Y en la variedad estará el gusto, o no. Depende por donde te entre la variedad.
El ser humano se sentirá feliz por escasos intervalos de tiempo. Enseguida la codicia o la imbecilidad harán acto de presencia para arrebatar ese momento dulce.
La idea es crear un ser débil que se crea alguien, un ignorante que crea que lo sabe todo. De esta forma todo será un misterio pero a ratos se sentirá como Dios.
Dios existirá o no. En esa duda cada cultura creará su propio Dios que nacerá del miedo. De este miedo se aprovecharán los más espabilados que sabrán reconducirlo a sus propios intereses. En el nombre de Dios se crearán varias religiones que venderán un mensaje de liberación en base a esclavizar al hombre.
Todo parecerá simplemente complejo.
El mundo que a simple vista puede parecer maravilloso será un paseo angustioso entre el bien y el mal, lo divino y lo humano, el yin y el yan, la derecha o la izquierda, lo puesto y lo contrapuesto. Dejamos macerar unos cuantos años. Servir frío.
EPÍLOGO. Al hilo de lo que yo escribo aunque tal vez en el otro lado de la bobina, encuentro este artículo de Vicent sobre el panteísmo, esas preciosas ideas de un Dios que nos invita a disfrutar de lo que hay, de vivir, de trabajar, de amar. Un Dios que no es castigador como nos lo pintan.
Para leerlo pínchame. ¡ay!
El final del artículo vuelve al principio de la línea espiral de marcado carácter curvo y lineal. Espero que no hayas entendido nada. Siempre queremos entender. Y nos perdemos en las interpretaciones de tanto listo.
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