martes, 5 de junio de 2012

ENSAYO DEL CORRESPONSAL EN LONDRES, IAN GUAHSON, SOBRE LAS FIESTAS DE DI AMANTE, ISABEL II

AMANTE, AMANTE.
Original comienzo de mi ensayo sobre las bodas de di-amante. Amante. Amante.
La sociedad británica no se rinde con facilidad a los actos monárquicos como sucede en otros pueblos de menor cultura. Yo vi en Marruecos cosa increíble y durante muchos días al año hacer fiestas por su rey. Los ingleses no somos así. 
Pero se ve que este año lo hemos cogido con fuerza por aquello de los 60 años del tronío y lo hemos hecho tójunto, como dicen los andalucies.
El pueblo inglés no tiene óbice en mostrar su fimosis con la Reina cuando hace las cosas mal. No nos gustó nada el trato de Carlos a nuestra querida y muy querida Lady Di. Ya me voy aficionando yo al fino y a las palabras dobles.

Pero en esta ocasión hemos querido demostrar que somos un pueblo sin fimosis.  Yo también y por eso alabo el buen gusto de esa nave rococó coco y esos fuegos de artificio que dejaron boquiabierto a media humanidad que contempló el cielo ensordecido.
Es menester, no instante, apreciar y menospreciar sin desprecio el alto precio que tendrá para las arcas inglesas tanta celebraition.
Inglaterra también bien vale una misa, que dijo el Rey León en su entrada en Paris, pero habrá que pasar el cepillo. No podemos aguantar, no podemos consentí sin liarnos a guantá, obsérvese la figura literaria llamada calamar, un despilguarro semejante. Mientras ingleses inteligentes tenemos que emigrar para descubrir las Alpujarras, la serranía de Ronda o los bosques de Ayacucho y extender nuestra lengua más allá de nuestros mares e incluso de una olla de menudo porque nos vemos en la necesidad de rebañar cuando el hambre agudiza el estómago, nuestra soberana se gasta las libras del erradio público en actos de congratulation.
IAN GUAHSON
¿Y al final pá qué? se preguntan las limpiadoras de la baja andaluci, pá pasear solita porque a su marido le ha dao un hartazgo de carácter festivo.

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