lunes, 28 de mayo de 2012

JAVIER KRAHE: POBRE INFELIZ, TAN DISPUESTO AL ABRAZO Y LA ESPAÑA CAÑI VA Y LE DA UN ESPAÑAZO.


Conozco a muy pocos artistas artesanos de la canción como Javier Krahe. Trabaja el verso, trabaja la estrofa. Le da mil vueltas.
Su primer disco, Valle de Lágrimas, sigue siendo tantos años después un disco que da gusto escuchar.
Hoy se celebra el juicio por una parida de un montón de años atrás. No tiene suerte Javier con un país que valora poco sus paridas geniales, y ha tenido muchas, y ataca sin piedad la parida un poco más salida de tono.
Ya le pasó por el 82. Iba de la mano con Sabina cuando aquello de La Mandrágora pero Sabina despegó y a él lo hundieron por una canción como Cuervo Ingenuo que decía verdades como puños... a un partido que había dejado el puño y se había quedado con la rosa.
Ahora hace sus canciones y algunos discos. Recorre carreteras para cantarle a sus fans en salas, muchas veces infernales. Se gana la vida con el reconocimiento de muy pocos.
Me encanta San Cucufato. En la vida perdemos el pudor y el amor con relativa facilidad. Pero el humor no deberíamos perderlo nunca y  mucho menos una persona con su talento.
Me ha dado mucha pena verlo sentado en el banquillo de los acusados. Miro a mi alrededor, no le veo la gracia. Pero la desgracia sí, de mi boca reacia. Sale un je, pero un je muy flojín, de media comisura. Cucufato mi humor o caeré en la locura. Léela entera que no tiene desperdicio.
Señor Juez. No le juzgue usted.
Señor Juez, nada más le quería decir que en el día de hoy, cansado de vivir, me decido a causar mi baja.

Pero qué mal hay, pero qué mal hay,  en pensá, ay, señor juez. 
¿O era en fumá? 

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