Estoy discutiendo con mi primo y cada uno piensa de una manera.
Perdona, primo. El que piensa soy yo. Tú dices absurdeces, como siempre.
Hablamos de los viajes y de como se han ido cambiando las costumbres. Afortunadamente hoy todo el mundo puede viajar y viajar es un placer, que cantaba la Sara Carbonero.
¡Eres carajote, primo! Lo confundes tó, fumar si es un placer y nos lo están quitando. Que los viajes estén al alcance de todo no quiere decir más que tó está lleno de gente y más vale quedarte en tu casita. El bajo coste del avión es una engañifa, tendría que ser coste cero porque el gasto viene después. Que eres tonto, primo, que eres tonto.
No seas borde y guardate los insultos que te he pagado yo los dos viajes. Has comido lo que has querido que ibas a pensión completa y te has quitado unos días de calor.
Venga ya, primito. Lo que pasa es que no te gusta viajar solo porque te aburres y te viene mejor la compañía de uno que entiende y te dice verdades como puños de Lenin. Cuando sales por ahi como decimos en el pueblo: al que va de paso, porrazo. Tó es un timo, tó es pura incomodidad.
¿Y te vas a quedar siempre con los dos paisajes que conoces? ¿Has visto alguna vez paísajes como los de estos días? Tu mente y tu alma se han alimentado para el resto del año, so cateto. Eres el espejo de la mediocridad y lo cotidiano.
Para, para el carro. Que ahora eres tú el que te estás pasando. ¿Paisajes me dices? A los paisajes se les presta atención la primera media hora. Después ya tó suena parecío. Está comprobao que los japoneses confunden la giralda con el museo del Lubre, y se acuerdan de la puerta del sol porque allí le robaron la cartera.
¡Pero que animal que eres! Eres la leche, primo. Las lechugas y otros vegetales tienen más alma que tú. Te pasas los días como las vacas del tío pastando en el monte.
El Rubalcaba si que va a tener que pastar. Yo me conformo con mis papitas fritas y mis cuatro charlitas con la gente escuchándome. Cuando viajas tó es subir y bajar, andar de aquí pá llá sin rumbo y decir veri bonito, veri güell.
Luego dirás que no aprendes, pero seguro que estos viajes no los olvidas en tu vida.
¿Cómo los voy a olvidá, criatura? ¡Tengo los pies asaitos como los pimientos rojos que prepara mi parienta! Y to el rato escuchando: esto no hay en el pueblo, esto no hay en el pueblo. ¿Pó sabes que te digo? ¡Que no falta que hace! ¡Como mi casa no hay ná, cojones!
Que bruto que eres, primo.
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