martes, 5 de julio de 2011

CHAQUE JOUR UNE CHANSON: DIEZ AÑOS DESPUÉS

Diez Años Despues
Andrés Calamaro

No te olvides que soy distinto de aquel, pero casi igual


Estamos en la tierra cuatro días, y el cielo no me ofrece garantías.
Diez años después, mejor volver a empezar.

Si diez años después no estamos igual qué le vas a hacer
Aquello fue una linda primavera, pero fue solamente la primera
Diez años después el tiempo empieza a pesar
Me quedan balas en la cartuchera, pero te guardo siempre la primera
Diez años después, mejor reír que llorar.


Diez años de recuerdos. Diez años preparando un nuevo curso. Recuerdo en 2001 buscar los teléfonos de las embajadas para preparar CONOCERNOS PARA RESPETARNOS, otros años el LEO, LEO ¡QUE BIEN!. Al año siguiente MEJORO MI MUNDO, por no hablar de LAS EDADES DE LA VIDA en el carnaval o FORMA DE SER.
Han sido diez años muy intensos donde previamente preparaba una columna vertebral. No salen los proyectos de la nada, hay mucho trabajo detrás.
El miércoles pasado, 29 de junio, escuché por primera vez unas palabras de cariño hacia esta forma de hacer las cosas. No es nada especial, no hay que publicar un libro, pero por si a alguien le sirve he pensado en las diez cosas que me han ayudado a mejorar día a día.
Hoy mi buen amigo me dice, con razón, que hay cosas que mejor calladas. Pero, siempre hay un pero, tengo que pasar página leyendo bien lo anterior.
Diez años atrás un buen compañero me pasaba un cargo y en lugar de un búscate la vida estuvo siempre a mi lado. Algún tiempo después le pedí que si alguna vez me volvía prepotente y fantasma me avisara. Muchos han sido los ratos pasados juntos en estos diez años, mucha fe cuando le he propuesto alguna barbaridad que luego, generalmente, ha salido bien. Mucho buen hacer, mucho trabajo generoso que nadie conocía. Hoy lo tengo que decir.
Junto a la generosidad de Isidoro la sabiduria de Manolo, la organización de Lourdes, el sentido común de Aurora y elestarentodo de Pepi. Pili es pilar cuando de fundamento hablamos y Antonio es sensibilidad y cordura. De no ser por ellos, por ellas, el balance sería otro.
Que sí, que mejor callados, pero, siempre hay un pero, tendría que servir para decálogo de buenas maneras esta pequeña reflexión, siempre y cuando partamos de la hermosa contradicción que en ningún trabajo valen reflexiones politicamente correctas, vale tan solo el trabajo y el esfuerzo diario.
1. Acción. El trabajo es lo que vale. Huye de las palabras y consejos. Solo demuestra lo que eres con el mono de trabajo, el blablabla es nada.
2. Boomerang. Golpe que te quitas... tú te lo encuentras. Extraña ley física que te recomienda que actues y no esperes a que lo haga otro. Desde coger a una silla a dar un aviso. Muchas veces tardamos más en decir que en hacer.
3. Claridad. Vale compañero, transparencia ya huele a político. Pero nadie es tonto y todo se percibe. No engañamos a nadie, todos los que nos rodean nos conocen perfectamente.
4. Humanidad. Es lamentable tratar a alguien con la punta del pie incluso en esos días en que no estés para nadie. Si tienes la desgracia de que desde arriba te tratan así, no sigas la cadena. Rómpela, riete del imbécil del vecino de arriba pero no putees al vecino de abajo.
5. Sentido del humor. Crear un buen ambiente de trabajo con bromas y cachondeatis activo es imprescindible. Bastante guasa tiene la realidad para ponerle seriedad y modos grotescos. La mancha de mora con otra mora se quita. Y a la guasa cotidiana, gusa mental.
6. Relativismo. El trabajo no es el cien por cien para nadie (ni debe serlo). Plantearse que siempre hay un diez por ciento con problemas internos o desquiciado es muy útil para una buena salud mental del grupo. Eso sí, aislado y que no contagie excesivamente. Siempre hay gente como la gata Flora que si se la meten grita y si se la sacan llora.
7. Éxitos y fracasos. Vamos al tópico, pero es verdad. Intenta disfrutar lo que te ha salido bien pero sin excesos que detrás de las flores vienen las macetas. Y aprende siempre de lo que te sale mal. La autocrítica es lo mejor, no busques culpables ajenos o fáciles.
8. Anti rutina. Crea continuamente. No sigas caminos fáciles ni ya viciados. Aunque coger el camino conocido sea fácil, coge también otros para demostrarle al lobo que te sabes el cuento de Caperucita.
9. Confianza. Ante el bulo o la necedad e incluso la hijo-putez, dale la vuelta y pasa del 9 al 6. En el relativismo, valorar las cosas de forma positiva y un cierto eclecticismo, saber el bien y el mal y escoger lo mejor, está el secreto.
10. Comunica, no mandes. Sugiere, no subrayes.
Está bien. Te doy la razón por esta vez. Me parezco a Aznar con el Hay que decirlo ¿o era Fraga? Es lo mismo, a ppolítico huele. PPero tenía que decirlo, tenía que dar las gracias a tanta gente que me han ayudado y nunca les he dicho nada.
Si diez años después me ves distinto de aquel pero casi igual.... Otra vez Calamaro, Andrés, o Isidoro, o Isidoro Andrés, que me gusta escucharte.
Y como tú dices, mejor callado. Era solo una carta de recomendación al imbécil que llevo dentro.

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