Mi primo es ese entrenador que todos llevamos dentro, ese diccionario de bolsillo, ese refrán en la boca, ese tópico frecuente. Sus entradas serán las del ENTENDIO.

Nos llevamos solo dos años y como cada final de curso ando un poco más atareado de la cuenta, le he dado lo oportunidad de expresarse con toda su firmeza habitual que algunos llamamos vulgaridad.
Échame una mano, primo y no me eches a mi la culpa de lo que pase.
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