Recuerdo a Rosita, alumna mía de siete años que leía regular con unos problemillas de Necesidades Educativas Especiales. Estábamos en el recreo y leía un cartel de la clínica y decía muerta de risa "CLÍNICA LOCA, JAJAJAJA".
Yo, al mirar para el cartelito y entender la confusión de LOCA por LOCAL casi me parto por las cosas que tiene la vida.
Esta semana la política local ha sido una política loca. Las traiciones, navajazos por la espalda y la corrupción del imperio romano me han recordado al "¿Tú también, Brutus?"
Pero una vez que todo se enfría y vuelve a la normalidad, por decir algo, me planteo una profunda reflexión: "¿VALE LA PENA?" NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, contesta mi parte utópica y sencilla. "¿TÚ ERES CARAJOTE? ¡¡TE QUIERES CALLAR!!" le dice mi parte más intransigente. Tengo más partes, pero ante la furia de mi parte intransigente decidieron estar callada.
Para ser político habría que demostrar que no estás allí merodeando como los buítres buscando carroña porque no tienes nada mejor que hacer. Para dedicarse a la política habría que saber diferenciar entre el bien común y el bien particular. Porque en política no hay ideas. Hay aprovechados. No hay colores. Todo es negro. Ayer veíamos a uno de Orense de derecha que ha colocado a 60.143 sobrinos en diputación y mañana veremos lo mismo en Sevilla que yo soy, tu ERE, él es. Algo huele a podrido. A padrinos y a paganos. A favores. A dame que te doy. A trepa. A inútiles ineficaces que ascienden incomprensiblemente. A mamones. A más favores personales. A mala gestión y no pasa ná. A cutrerio. A tú más. Abrazo corrupto de Santa Teresa.
A mierda, mierda, mierda.
Habrá un día en que todos .... adiós, el canto a la libertad del José Antonio Labordeta y se han apropiado de él. El día en que consigamos que los políticos ... bueno, esto huele a Groucho Marx.
Política loca. Política local. Igua, igua, igua. Bueno y esto huele a carnaval, aunque también podría ser el chotis ese.
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