Aún conservo en mi retina imágenes de los vestidos de la fiesta fin de curso. Suenan canciones y recuerdo los ensayos de los compañeros, las horas echadas en el decorado, en los montajes, en las canciones. Imagino a las modistas que han hecho trajes o a las familias que se han molestado en lograr un objetivo común.
Este año lo único que he puesto es el título: DE TODO UN POCO (en diferentes idiomas) pero muchos se han sumado y han logrado que la imaginación, la creatividad y, en algunos casos, el arte en un espectáculo de luz y sonido, entren por la puerta del cole.
A ello se suma el esfuerzo altruista de muchas personas cocinando, vendiendo o limpiando y trabajando en definitiva por hacer un bien común.
Paralelamente estuve el jueves en una reunión de carácter burocrático que trata de medirlo todo, de analizarlo todo, de controlarlo todo.
Me pregunto como es posible medir la imaginación, el esfuerzo y el trabajo de una fiesta como la de ayer que si quieres la hace y si no, no la haces.
Los técnicos grises con miopia congénita provocada por el análisis de tablas y resultados se están adueñando del sistema educativo. Porque politicamente solo interesa lo medible y el resultado.
Las personas con imaginación están en peligro de extinción porque como todo no se puede medir, aunque lo intenten, pueden mandar a un cuerno de 42 centímetros tanta estupidez.
Es triste que venga a decirte lo que tienes que hacer el que nunca ha sabido lo que tiene que hacer. Los alérgicos al aula y al trabajo directo con el alumnado se dedican ahora a medir y a controlar.
Los que estamos abajo sabemos muy bien que nos diseñan planes y programas sin tener en cuenta nuestra opinión. Que lo que importa son los resultados. Ya ni siquiera miramos al cielo para que nos eche una mano.
Lo que fastidia realmente es que no te echen una mano pero si un pie para aplastarte en el barro. Los que nada saben de la cruda realidad, de como te encaras con un problema o con un papá deprimido, tienen la solución de todo porque han sacado la gráfica de unos resultados basados en falacias y preguntas erróneas que iban a conducir irremediablemente a esos resultados.
Todo es agencia de evaluación mientras se van quitando recursos y eliminando valores que favorecen la imaginación y el amor al trabajo.
¿IMAGINACIÓN? ¿AMOR AL TRABAJO? ¿Eso se puede medir? ¿Nooo?
Pues entonces no existe.
Para todos los que están en el cielo tengo una canción breve de Aute que refleja muy bien mi espíritu rebelde ajeno al poder y a sus falacias de 9 centímetros.
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