jueves, 22 de abril de 2010

UTOPÍA Y ATOPÍA

«PLAN, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación». Así define el diccionario académico el neologismo creado por Santo Tomás Moro para dar nombre a un lugar -una isla- que no existe, pero en el que se cifra la perfección de la coexistencia.
«La Atopía es el sentimiento de malestar del individuo frente a la ciudad actual que no representa, en ningún caso, el paraíso soñado o prometido que no ofreció Utopía».
Descubro con admiración como el pensamiento no se detiene. Yo mismo soy más lento que mi propio pensamiento siempre pensando en lo utópico. Pues no señor. Hay que pensar en lo atópico por el malestar de no encontrar el paraiso soñado, precisamente ahora que tengo desvelos.
Y es que la cosa de los velos no está bien en los colegios.
Claro que los colegios tiene que abrir camino a las competencias.
Y ese tema no es de mi incumbencia.
Además soy un sufrido incompetente.
Por lo tanto he decidido cambiar la u por la a también en putada. Cuando me hagan una la cambiaré por patada. Y poner humor en mi vida. Y hamor.

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