lunes, 20 de julio de 2009

QUE NO SOMOS IGUALES, dice la gente


Los estereotipos se crean o los creamos para facilitarnos las cosas concretando y simplificando mucho todo lo que nos rodea.
Uno de los más simples es el de hombre /mujer porque el "MUJER TENIA QUE SER", por ejemplo, mete en el mismo saco a todas las mujeres que en el mundo han sido. Y no tiene ese saco ni el tío del saco.
Después de esta razonable y razonada perolata, puede que tenga razón o puede que no, me acuerdo mucho de una leyenda gitana que mi amigo me contaba en la última fila de la clase de Literatura de tercero de magisterio. Hablaba muy bajito pero mis carcajadas distorsionaban la clase. Alguna vez nos echaron pero la profesora, Lola, sabía que lo nuestro era la literatura.
Me contaba de una leyenda gitana muy profunda que explicaba el por qué de las diferencias hombre / mujer. Dios creo el universo y le dio al hombre y a la mujer un ovillo para que elaborasen ellos mismos su cuerpo.
La mujer, toda perfección, iba creando el cuerpo con detalle y buen hacer. Al final le faltó un poquito de lana de tanto esmero con que lo había hecho todo.
El hombre, sin embargo, chapuza y ligero, se fue creando deprisa sin cuidar los detalles e incluso le llegó a sobrar lana, con la que tuvo que hacer un manojillo.
La leyenda, como todas, no es real. Pero tiene algunos visos de credibilidad. Admito que soy chapucero y si a mi me llegan a dar un ovillo para hacerme, con las manos que tengo, sería todo rabo.

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