Fue martes. 26 de Agosto. Fue en Rota (Cádiz) donde estuve en la presentación del último libro de Sabina. Y para dejar las cosas claras desde el principio reconozco que no me gustó. Fue en el patio del mercado de abasto y no me gusta cuando el arte está tan profundamente ligado al mercadeo. Y en este caso, poco arte y mucho mercado. Acompañaban a Sabina Benjamín Prado, Luis García, Almudena y Benítez Reyes y dos teloneros de IU que dejaron claro que Sabina les había dicho que organizaran aquello y que allí estaban pa-la-cultura.
Fueron tomando la palabra sin atragantarse ni ná, leyendo sus aportaciones al libro y a la gran amistad que les une y la necesidad que tienen de vender algo. Puro mercadeo, marketing en estado impuro. La intervención de Benítez Reyes fue tópica por lo de crápula, la de Almudena pesada por leer algo tan viejo y tan extenso y algo mejor se pudieron llevar las otras. Pero no mucho.
Básicamente la historia es la correspondencia que mantienen. Da la impresión que siendo auténticos genios es interesante hasta lo que mean. Y la verdad que no. Andan un poquito creidillos.
Da la impresión que aquí todo se vende. Si tiene el nombre de Sabina ya hay liciencia para matar. A mi casi me da un soponcio.
En fin, yo no quiero ser menos y resumo lo visto en un soneto. No me he parado mucho en lo de endecasílabo más o endecasílabo menos para hacerlo más libre. Ya lo puliré cuando vengan a pedirme poemas.
MUCHA CARA.
Como enanos se la pasan "a vuelta de correo"
con sus chismes, con sus gracias y ocurrencias.
Para ellos el no-va-más del cachondeo
el summun totá de todas las ciencias.
Escribir un soneto a nadie daña
pero mezclar negocio, halagos y amigos
es lo que llamamos en España
"ESTAR MIRÁNDOSE EL OMBLIGO"
No está bien el derecho al veto.
No cuadra en estos tiempos la censura.
Pero para publicar pido un respeto
porque el arte de escribir no es caricatura
porque el marketing no escribe sonetos
porque publicarlo todo es de caradura.
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