Fue muy feliz el viernes con amigos y felicidad. Y ya sabía yo que el destino tiende a torcerse, que diría Martín Estorcerse.
Justamente el lunes fue un lunes de perro, un lunes cariacontecido, largo, interminable. A las 10 me despedí del mundo porque no quería saber nada más.
El martes era la cara de un nuevo mes y es curioso como una canción puede cambiar tu ánimo. Me encontré de pronto en una tienda de reciclaje y por 20 céntimos estaban vendiendo discos. Cogí 3. El que más me ha gustado es éste con Sabina, Aute, Ketama, Antonio Vega..... Después de comprar los tres discos fui a comprar un poco de vino. Oloroso y dulce en una misma botella. Lo cierto es que o la música o el vino me han devuelto el ánimo.
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