Pasas por el País Vasco con cierta alegría porque estás fresquito. De allí a Burdeos. Pagas autopista para recortar viaje y a mediodía pasas por París pero aún no es el final del trayecto. Menos mal que las autopistas francesas están muy limpias y tienen áreas de descanso. El viaje se hace bien.
Las cigüeñas sabemos que París se sobrevuela. Los parisinos París lo sobrellevan.
Subes y subes y llegas a Tours. Hermosísima la catedral de Saint Gatien. Como no son horas de hacer un nido te buscas un hotel y es entonces cuando descubres que en Francia los hoteles tienen estrellas pero que no brillan. Un tal hotel Vendôme era un cuchitril familiar que no tendría que tener nunca la categoría de hotel.

- Yo paso de todo lo que yo he escrito. Lo único que me interesa es lo que yo escribiré mañana.

Es una grabación hecha en su casa con los amigos donde muestra un sentido del humor enorme, cantando canciones medio gamberras. Francia me gusta, la disfruto.
Mañana tendré música para terminar la primera parte del viaje. Pero mañana será otro día. Me quedo escuchando a este chirigotero francés, amigo del vino y de sus amigos.