Y lotro día entró en mi habitación que yo lo vi, cogió mi chaqueta y mi boina y empezó a imitarme poniendo voz de estar con las vacas.
A mi me da igual que el finolis este vaya por la vida imitando como soy pero ya me está dando coraje que no haga ná. A este lo mandaba yo a cuidá cerdos siete meses y a recogé estierco otros tantos. No deja de tener su gracia que un día que me invitó a su casa me copiara el anoche te vi con el salchichón y hoy ya no queda eres un tragón.