Hace dos años, un 18 de noviembre, moría mi padre. La muerte te marca más que el hierro con el que se marca las ganaderías. La muerte de alguien muy querido es como cuando un picador te desangra. Son 730 días y casi que los maldigo todos desde que mi padre no está a mi lado. No era mi razón para vivir pero sí alguien muy importante cuya ausencia me ha dejado desmotivado, deprimido, angustiado.
Curro, allá donde estés, te quiero.
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