El pito de carnaval que me regaló mi amigo Manuel no es solo una obra de arte, es también la confianza de tener personas cercanas que facilitan que el trabajo salga bien hecho, que entusiasme a los chavales. O la caja que me ha prestado Isidoro para darle un toque nuevo este año.Como el proyecto de este año del cole se llama ENTRE CULTURAS, me decidí por analizar y criticar un poco la cultura subyacente. Por un lado he hecho Desde pequeñito tengo la obsesión de ser estrella de la televisión, para todos aquellos que creen que el pelotazo es mejor que el esfuerzo. Y para mi otro curso he ido del pelotazo al pelota, el típico niño pelota que saca partido a portarse extrañamente bien: El repelente niño Pepito que ahuyenta hasta los mosquitos. Estoy muy contento con las letras que han salido, con cuartetas nuevas que me han hecho reir muchísimo imaginando la situación, con el recibimiento que han tenido en las clases. Verlos con las hojas en los recreos y leyendo y sabiéndolas de memoria compensa el trabajo. Luego saldrá como saldrá, pero el camino es lo que importa.
Y tengo que reconocer que es un trabajo al menos entretenido y que viene solo. Manuel me manda sus letras y yo me rio y cada vez que meto la pata en algo se me viene un cuplé. El tema del corrector del movil me está jugando malas pasadas pero muchas veces son adrede, eso seguro. El corrector es la coartada perfecta para mis tonterías casi siempre. Ayer escribí este cuplé con el que me estuve riendo un buen rato.
Yo tengo señores, tengo
un móvil inteligente.
Cuando yo pongo una palabra
él completa con la siguiente.
El otro día puse Alejandro
y el móvil puso cerveza.
Yo no quería poner eso
yo quería poner certeza.
Voy a asesinar a mi movil
que me juega malas pasadas.
Lo malo no será no tener movil,
lo malo será no tener coartada.
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