
Allí sumido en el abandono estaba el culo y estaba el brazo cortado que tanto aportan a las pamplinas. Allí como un barquito naufragando estaba mi sombrero verde que compré por dos euros en una tienda de HoMbres. Allí estaba la camisa de Miguel Agujetas oliendo a humedad, el traje de la abuelita que se comió al lobo con las garras a medio afilar de un lobo idiota que representa con bastante naturalidá.
Cuida primo tus bienes porque tus pamplinas forman parte de ti, no vaya a ser que el agua las pudra y tú vayas detrás. No es una amenaza de Entendío, es un aviso pá navegantes. Primo, cómprate un barquito.
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