- ¿Un grado? me preguntó con voz gorda de borracho grueso. Pues ya son 44. Jejejeje.

Eso que llaman romper el hielo. Y está mal dicho, el hielo hay que diluirlo, jamás romperlo.
Beber es en la cultura occidental un hábito social. Ya desde pequeñito le dije a mi madre que a mi la leche de la teta no me la pusiera sola. Y la buena mujer siempre se ponía algún licor.
Si me dolía la barriga tomaba manzanilla, pero de Sanlúcar que es más natural. A fin de cuentas el vino es la esencia de la tierra. El ron no es más que caña de azúcar.
Brindemos amigos por esta noche única que siempre hay algo que celebrar.
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