
Si la feria fuera un animal estoy convencido que sería un pavo real. Ostentación y vanidad, abertura de plumas para parecer el más bonito del barrio. Música de sevillanas que dicen lo mismo y se repiten, se repiten y dicen lo mismo.


Camaleón en peligro de extinción porque lo peor es que cada vez el carnaval se parece más a la feria. No dudo de que los sevillanos y canal sur disfruten del carnaval, pero lo están haciendo a su medida. Con mucha parafernalia y gusto estético, más circo y más feria pero menos arte. Con dos coloretes en la mejilla y humor sobra todo lo demás. Pero cada vez destacan más chirigotas y comparsas con gran gasto en goma espuma y menos humor o humor temporal. Lo escuchas dos veces y no encuentras la gracia. Pero la desgracia sí, de mi boca reacia, canta el Krahe.
Ni purista de carnaval ni nada parecido. Pero ese aire divertido y un tanto cutre de arreglarte un disfraz con dos cosas viejas que tienes en casa y unas letras geniales que se te ocurrieron en la barra del bar riéndote con unos amigos se está perdiendo.
Acuden al Falla buscando notoriedad desde muchos lugares. Al éxito se llega, pero no se busca. Si lo buscas y lo encuentras tal vez sea el pan para hoy, y ya se sabe que no hay peor hambre que la de mañana.
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